TRAS LA HUELLA DE JUAN

🥾 Ruta de los Árboles Singulares – Peñascosa

Iniciamos esta ruta en el camino de la Vereda de la Huesa, donde dejamos el coche y comenzamos a caminar. Este sendero nos lleva directamente al primero de los árboles singulares: la imponente Carrasca Centella, una encina de gran porte que marca el inicio del recorrido botánico.

Poco después, nos desviamos a la derecha en dirección al Campamento Mal Paso, donde retomamos el camino principal. Tras recorrer aproximadamente 1 kilómetro, nos encontramos con un desvío a la izquierda que nos conduce al segundo árbol singular: el curioso Pino Patón, también conocido como Pino Pulpo, por la forma de sus ramas gruesas y retorcidas que recuerdan a tentáculos.

Superada una suave bajada, iniciamos el ascenso hacia Las Coronillas, situado alrededor del kilómetro 6 de la ruta. Este pico representa el punto más alto del recorrido y ofrece unas vistas privilegiadas de la Sierra de Alcaraz, la llanura manchega y parte de la Sierra del Segura. Es un lugar ideal para hacer una parada, tomar aire y disfrutar de la belleza del paisaje.

Desde Las Coronillas descendemos hasta reencontrarnos con el camino principal, que no volveremos a abandonar hasta finalizar la ruta. A lo largo de este tramo, aproximadamente en el kilómetro 8,5, nos espera otro ejemplar singular: el Pino Tirachinas, conocido por sus ramas arqueadas que recuerdan la forma de una horquilla o tirachinas gigante. Su silueta, enmarcada por el paisaje de media montaña, lo convierte en un punto muy fotogénico y peculiar del recorrido.

🌲 El Pino del Roble: una joya viva en el corazón de Peñascosa

En el tramo final de la ruta, nos encontramos con el árbol más emblemático de Peñascosa: el Pino del Roble, un fenómeno natural tan curioso como simbólico, que se ha convertido en todo un icono del municipio.

Este árbol excepcional se formó cuando una semilla de pino laricio germinó en el interior de un antiguo roble quejigo. La semilla, probablemente llevada por el viento o algún ave, encontró en la cavidad del tronco del roble las condiciones adecuadas para crecer. Con el paso de los años, el pino fue desarrollándose con fuerza mientras el viejo roble, ya en decadencia, comenzaba a perder vitalidad, quedando apenas una parte visible de su estructura original.

Hoy, lo que vemos es un robusto pino que emerge directamente del interior de un tronco hueco, testigo de esa convivencia desigual. Esta sorprendente combinación ha despertado la admiración de quienes lo visitan, no solo por su peculiaridad biológica, sino también por la imagen poética que proyecta: la vida renaciendo desde las entrañas de otra.

Más allá de su rareza, el Pino del Roble es un símbolo profundamente arraigado en la identidad local. Su silueta figura en el escudo del pueblo y su nombre da título al colegio público de Peñascosa. Además, es considerado uno de los árboles más singulares de la provincia y representa un verdadero tesoro natural y cultural.

Visitarlo es una experiencia cargada de significado. Su entorno, tranquilo y rodeado de paisaje serrano, invita a detenerse y contemplar no solo la forma del árbol, sino todo lo que representa: la persistencia de la vida, la fusión de especies, la fuerza del tiempo y la magia de la naturaleza.

Desde aquí, seguimos el mismo camino de regreso hasta el punto de inicio, completando así una ruta circular cargada de naturaleza, historia y árboles con alma propia.